Un poco como método de aceptación y otro poco para exorcizar la pena hice estos dibujos.

Los dibujé precisamente en el cuaderno que llevaba para el viaje y que pretendía llenar con las imagenes y experiencias nuevas... modificado el escenario y motivos, decidí comenzar a ocuparla en estos días. Este estupendo y bellísimo cuaderno de dibujos fué un regalo de mi hijo Tomás, en la Navidad del 2009, que personalizó la cubierta con ilustraciones que realizó con papel cortado y dibujo en tinta. En la portada hizo un retrato mío y en la contraportada un retrato de él.
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