Estuve una semana con mi mano de yeso, y los doctores indicaron un cambio más acorde a los tiempos... y pasé de yeso a férula plástica, absolutamente más cómodo y liviano. Esta nueva imagen de mi mano me recordó un cuadro de Frida Kalho, “La columna rota”, y aunque lo mio es solo una “muñeca” rota, hice un paralelo, guardando todas las proporciones, entre la Frida original y la “pequeña Frida” en la que a veces me convierto.
No recuerdo exactamente cuando conocí su obra, pero tengo plena conciencia que no fue amor a primera vista, más bién lo comparo a esos sabores nuevos, raros, un poco amargos... pero con “algo” que te hace seguir probando... y ya al tercer bocado se te hacen casi un vicio.
El estilo personal y del entorno con que se rodeó, el modo maravilloso de expresar el mundo interior como una obra de arte, la vitalidad y el humor con que vivió, a pesar de enfermedades y dolores, hacen que vea en Frida mi referente artistico- emocional.
Dibujos con lápiz sobre papel que hice inspirada en la estética Kalho el 2007 y 2008
Dibujo digital, por mi hija Sol, un regalo que me hizo para mi cumpleaños el 2007.
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