martes, 2 de junio de 2009

Perdidos... encontrados...


Unas semanas atrás estuve en la feria de antiguedades de la plaza Victória en Valparaíso buscaba un regalo para mamá cuando ví, entre lo libros de segunda mano, los “Cuentos de Pedro Urdemales”. Este era uno de los libro de la colección de Editorial Quimantú de los año 70, que compraba mi padre. Mi historia con este título específico, tiene que ver con ser el primer libro que presté y perdí... aunque no era mió, cuando un profesor me lo pidió prestado fui incapaz, por timidez, de negarme, además yo tendría unos siete años y respeto reverencial por los adultos, y pasó lo pronosticado por mi padre (-los profesores jamás devuelven los libros!-)... jamás me lo devolvió con la consiguiente culpa que me quedó. Con los años perdí más libros, mios y de papá... algunos tan especiales que todavía los siento. Pero ese domingo al verlo, misma edición, misma portada, la alegría por la posibilidad de la reparación me llenó por completo. Traje el libro a casa y este domingo pude “devolverlo” a mi padre... creo que él ni siquiera se acordaba de la historia! Pero le hizo gracia la importancia que tenía para mi el gesto. Luego me declaró que de los libros perdidos en su vida, los que el sentía más eran tres tomos de Educación Sexual que compró recién casado pensando en sus hijos... para cuando llegara el momento de esos temas... y que mamá le prestó a una compañera de universidad (profesora!) y que jamás se los devolvió... frustrando así tan loables intenciones educativas.... algo me hizo “clik” y le pregunté como era la encuadernación de esos libros, respondió que una señora alemana, madre de un amigo, a la que antes se los prestó, y si devolvió! los forró con tela de flores.... ¡eran los libros del arriba! ¡los que nunca pude ver!